Es cierto que tener un jardín natural en casa es un lujo que te permite estar en contacto con la naturaleza siempre que quieras, pero muchas veces no se dispone del suficiente tiempo, dinero, paciencia o energía necesaria para mantenerlo. Por otro lado, no hay que olvidar que el césped artificial ha mejorado tanto en calidad como apariencia en los últimos años, lo que le permite ofrecer unas características muy similares, si no idénticas, a la hierba natural con algunas ventajas particulares al tratarse de un material sintético.
Puede que el césped artificial parezca excesivamente costoso por tener un precio de instalación algo elevado en comparación con el que supondría la opción del césped natural, pero pese que al principio suponga un desembolso más importante, estará rápidamente amortizado. Además, este ahorro será aún más patente a largo plazo.
Según un estudio realizado por el Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV), el coste anual que exige un campo deportivo de césped natural es de 40.000 euros aproximadamente, unas cuatro veces más caro que si se tratara de superficie artificial. Cabe decir que el estudio es de 2009, por lo que las condiciones de los materiales, y por ende el precio de su mantenimiento, han sufrido una ligera mejora desde entonces hasta ahora en el terreno sintético. Aunque este estudio se ataña a superficies mucho más amplias como son los campos de fútbol, se puede hacer una relación del ahorro que supone en superficies más reducidas.
EL MEJOR PRECIO
Césped artificial instalado
Obviamente, el hecho de que este material requiera menos agua influye considerablemente en el gasto total de su mantenimiento. En algunas ocasiones, si instalamos el césped artificial en una zona de precipitaciones frecuentes, podemos prescindir del riego ya que la mayor parte de las veces esto se reduce a una mera cuestión de limpieza. En definitiva, todo su cuidado se resume, aparte de regar de vez en cuando como comentamos, en un cepillado puntual para evitar que quede aplastado y garantice un efecto memoria más efectivo, en otras palabras, barrerlo ayuda a conservar durante más tiempo una estética agradable. Es cierto que alguna vez puede que se necesite un mantenimiento más específico, ya que con el tiempo puede sufrir colonización y se debe eliminar el crecimiento de hierbas y otros elementos naturales en nuestra superficie pero, aún así, dado el mantenimiento continuo que exige el césped natural, optar por un terreno sintético representa la elección más cómoda y asequible.
Si queremos mantener siempre los tonos verdosos en el césped natural debemos de emplear tiempo y dinero en abonar, regar y segar. Además, a pesar de los cuidados que se le preste, esta superficie siempre estará condicionada por el clima de la zona, ya que las heladas, las lluvias o el exceso de sol puede provocar un deterioro en la hierba. Por el contrario, con el césped artificial no debemos preocuparnos de nada de esto ya que siempre lucirá del mismo color sin ninguna atención especial, asimismo tampoco se verá afectado por los cambios climáticos que experimente nuestra región.
Se puede instalar una superficie de césped sintético en cualquier lugar, no tiene porqué limitarse a áreas abiertas, ya que no existe ninguna restricción sobre el tipo de suelo que debe ir debajo de este material mientras se trate de un tramo liso. Asimismo, dadas sus características, no debemos preocuparnos si lo colocamos en zonas de mucho tránsito como pueden ser parques infantiles o parecidos ya que no sufriría ninguna clase de deterioro. Por esto, también es ideal para piscinas, además hay que tener en cuenta que este material, aparte de evitar los resbalones, no le afecta estar en contacto prolongado con el cloro.
Equivocadamente, hay una tendencia a pensar que este material es inflamable cuando, por el contrario, es ignífugo aunque, indiscutiblemente, deberemos preocuparnos de los cigarros y las brasas que, aunque no lo prendan, puede provocar que algunas fibras se derritan. Por otro lado, estamos ante un material antialérgico que permite disfrutar a todo el mundo de él. Tampoco debemos estar pendientes de los animales domésticos ya que pueden incluso realizar sus necesidades sobre él, siempre y cuando realicemos después una limpieza adecuada sobre la mancha. En cambio, si nos preocupa que nuestras mascotas caven en la moqueta saber que, salvo excepciones, las fibras de césped artificial están preparadas para esta clase de comportamiento.
Por todo esto, se puede concluir que el césped artificial se trata de una perfecta imitación del césped natural, tanto en su estética como en su tacto, y ofrece un mayor abanico de posibilidades en cuanto a su empleo.
Aunque cada vez se emplea más en paisajismo y jardinería, su función original era sólo deportiva y se instalaba, de forma exclusiva, en estadios. El motivo por el que se originó la necesidad de instalar un tipo de superficie que emulara al césped natural, fue la construcción del primer estadio techado, lo que evidentemente dejaba por imposible plantar hierba natural en su campo.
Dado que este material nació en Estados Unidos, su evolución tendió a asemejarse al césped que podemos encontrar en los campos de los deportes más populares del país, siendo éstos el béisbol y el fútbol americano. Como consecuencia, la llegada del césped artificial se retrasó en Europa ya que, al importarse los productos del mercado norteamericano, las propiedades que se escogieron para imitar las peculiaridades del césped natural no eran las mismas que se necesitaban para los deportes que se practicaban aquí. Con el fin de solucionar este problema y poder emplear hierba sintética en cualquier deporte, se comenzaron a investigar las características que ofrecían las superficies naturales y cómo éstas interactuaban con los jugadores o con la propia bola (ofreciendo un bote idéntico, mismo tipo de desplazamiento así como de frenado, etc.) de cada deporte.
Gracias a esto, hoy en día el césped artificial se ha convertido en una solución viable y óptima para instalaciones deportivas ya que mejora la interacción del jugador con la superficie y es capaz de soportar un mayor número de horas de utilización al no necesitar descanso. Además, se ha logrado minimizar las lesiones ocasionadas por el terreno de juego hasta el punto de llegar a igualar en número a las producidas en hierba natural en condiciones perfectas, es decir, si no se realiza un correcto mantenimiento en uno natural se sufre un mayor número de lesiones frente a las ocurridas en el césped artificial. De hecho, en 2005 ya se publicó un estudio en una revista especializada en ciencia y tecnología, New Scientist, en el que se abalaba este hecho asegurando que llegaban a reducirse las lesiones hasta la mitad pasando el promedio de ser 7.6/1000 en terreno natural a 3.2/1000 en césped artificial.
En una amplia mayoría de deportes ya se ha integrado en su totalidad gracias a que sus respectivas federaciones han reconocido esta superficie como oficial, el deporte en el que quizá se ha extendido más en Europa debido a su popularidad es el fútbol.
Por otro lado, en los últimos años ha surgido una lucha para poder oficializar los campos de césped artificial en el golf. Esto se debe a las enormes ventajas que reporta, sobre todo en lo referente al ahorro, dado que se trata de campos tan grandes el hecho de que consuma menos agua unido a que el mantenimiento que necesita es más superficial se traduce en unas instalaciones mucho más económicas y con una mayor disposición al público, ya que el césped siempre estará en condiciones para ser utilizado. Además, estas peculiaridades permiten que sea instalado en cualquier lugar sin importar las condiciones climatológicas o las limitaciones que existan, de hecho, gracias al césped artificial, se ha podido abrir un campo de golf dentro de un parque protegido pese a las restricciones que existían en el lugar respecto al riego. Asimismo, es posible sacar rentabilidad del césped artificial en los campos de golf desde el primer momento ya que su instalación se completaría en apenas tres meses mientras que si se optara por un campo natural deberíamos esperar hasta dos años para poder abrir sus puertas al público. A pesar de ello, el principal motivo por el que los jugadores se muestran reacios a esta opción es que se considera al golf un deporte que te mantiene en contacto con la naturaleza. Cabe destacar que, como anteriormente hemos comentado, el comportamiento de la bola en este tipo de superficie sintética es idéntico al que encontraríamos en cualquier otro natural, por lo que no se percibiría la diferencia.
En conclusión, aunque su uso se reduce al hogar, negocio o deportes, existen infinidad de opciones en las que podríamos instalar en el césped artificial, como, por ejemplo, en espacios públicos. Porque empleando césped sintético conseguimos un acabado suave, que imita el tacto de la hierba natural, limpio y seguro. Además, a todas sus ventajas hay que añadir como un buen atributo su tiempo de vida, ya que con un mantenimiento básico, como el que hemos ido comentando a lo largo del artículo de rociar con agua y cepillarlo de forma puntual, es capaz de llegar de durar hasta diez años.
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